Hugo Hiriart y la espera de la inspiración, el antídoto contra el único pecado imperdonable del arte


Hoy recordamos a Hugo Hiriart, novelista, dramaturgo, articulista, periodista y académico que nació en un día como hoy, el 28 de abril de 1942, en Ciudad de México.

Hoy cumple 79 años el ganador del Premio Xavier Villarrutia de 1972 por su novela Galaor, del Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2009, en Lingüística y Literatura, y de la Medalla Bellas Artes en 2017.

Galaor

galaor

Galaor, nos reseña la Enciclopedia de la Literatura en México, es un libro curioso que presenta una nueva versión del mito infantil de la bella durmiente, pero es también una reflexión sobre el reiterado problema de las relaciones entre los actos individuales y la marcha abrumadora de la Historia.

En Galaor, Hugo Hiriart Urdanivia presenta los hechos asombrosos de Galaor de Gaula, hermano del célebre Amadís, y da ocasión de meditar sobre el sentido de los esfuerzos humanos, pues en él se cuenta cómo se perdió Brunilda, la durmiente disecada, y cómo fue trabajosamente recobrada, entre otros muchos sucesos dignos de recuerdo. 

Vivir y beber

Hiriart es también autor de Vivir y beber, ensayo que transita de la borrachera a la «cruda» y es a la vez testimonio de su adicción al alcohol.

«Ya sabía que iba a ser escritor, siempre lo supe», declaró Hiriart en una entrevista que concedió sobre Vivir y beber en 2006 y en la que también habló de su niñez, sus padres, sus lecturas, sus fobias…

«No a mí no me importa si alguien bebe hasta morirse, pero si la persona tiene ganas de explorar la posibilidad de dejar de beber, entonces le puede ayudar este libro (Vivir y beber), o yo personalmente», expresó el galardonado escritor en otro momento de la entrevista.

Como dramaturgo, Hiriart es autor de La ginecomaquia (1973), Simulacros (1983), El tablero de las pasiones de juguete (1984), y Rosette se pronuncia (2007), entre otras piezas teatrales.

“El teatro es un juego o no es nada. El teatro es el arte de organizar un simulacro tras otro, de modo que cada uno niegue al anterior”, afirmó el prolífico mexicano, quien desde mayo de 2014 es integrante de la Academia Mexicana de la Lengua.

¿Qué es lo más difícil de escribir para el multifacético Hiriart?

“Yo me siento tranquilo escribiendo ensayos, no me cuestan tanto trabajo, me muevo a gusto ahí. Después del ensayo lo más fácil es la novela y luego la obra de teatro. Lo más difícil es escribir un poema. Como la mosca que da vueltas alrededor del mismo objeto, en la literatura no son cosas distintas, es lo mismo!”, revela el propio Hiriart, según Enrique Morales en “El único pecado imperdonable del arte es aburrir: Hugo Hiriart”, citado por Silvia Molina en «Hugo Hiriart o la disertación sobre lo inenarrable».

¿Qué les diría Hiriart a los jóvenes de México?

“No he pensado en recibir premios ni medallas. Bastante tengo con vivir y escribir en un país como México donde se ve a jóvenes sanos y fuertes vendiendo chicles en la calle: eso que hace que me quiera morir. Eso me podría haber pasado a mí, pero no, pude vivir escribiendo, aunque pasé años en que no tenía dinero para nada, y ya estaba casado. Pero con el tiempo, las cosas mejoraron. Hoy yo les diría a los jóvenes que resistan, aunque estén malas las cosas, que resistan y avancen, que no se dejen vencer por la adversidad”, contestó el escritor en la víspera de recibir la Medalla Bellas Artes, pero sus palabras bien se pueden seguir aplicando en el México de 2021 azotado por la pandemia de Covid-19, el cierre de empresas, el desempleo y otros problemas que afectan a los millones de mexicanos.

Eso sí, a otra pregunta contestó, como diríamos muchos mexicanos tanto en broma como en serio: “A mí lo que me gusta es hacer nada y luego leer, y luego dar clases y en modesto cuarto lugar, escribir algo”.

Los libros malos o aburridos

Tras declarar que el único pecado imperdonable del arte es que sea aburrido, Hiriart dijo sobre la inspiración que hay que esperar a que llegue y no intentar forzarla, hay que tener claro que si no llega no llega y no hay nada que hacer porque los malos libros creo que se escriben cuando hay ansiedad y no se espera a que la imaginación literaria vaya poniendo las cosas en su lugar”.

Para ser un mexicano que cayó en el abismo del alcoholismo, Hiriart tiene una biblioteca propia prolífica y soberanamente laureada.